jueves, enero 11, 2018

The mangler (y secuelas)

The mangler, 1995, Stephen King Tobe Hooper, Robert Englund

Me quito el sombrero ante algunos guionistas.No sólo por sus huevos toreros de convertir un relato corto a películas de 100 minutos, si no a toda una franquicia de 3 películas. Aunque, claro, menudas tres películas.

Pero vayamos por partes. La cosa viene de The mangler (aquí titulada La trituradora), relato corto que puedes encontrar en Night shift/El umbral de la noche. Ah!, y el autor es un tal Stephen King.

La historia gira entorno a la máquina de una lavandería industrial, que, al parecer, está poseída por un demonio que se zampa al personal.

The mangler, 1995, Stephen King Tobe Hooper, Robert Englund

La adaptación corrió a cargo de un ya decadente Tobe Hooper, que si bien ya había tocado el cielo con otra adaptación de King (El misterio de Salem's Lot) casi dos décadas antes, a mediados de los 90 su carrera estaba poco menos que muerta. Después de los fracasos (más económicos que artísticos, todo hay que decirlo) de su paso por la Cannon (Fuerza vital, Invasores de Marte y Masacre en Texas 2), pocos daban un céntimo por él. Después de pasar por la tele (Las pesadillas de Freddy, Cuentos asombrosos, Historias de la cripta) fue dando palos de ciego con mediocridades como Combustión espontánea y Terror sin fin (con distribución de la Cannon ni más ni menos), hasta que en 1995 estrenaba The mangler. Quizá pensó que volver a terreno King sería una buena forma de hacer un reset... O yo que sé.


The mangler, 1995, Stephen King Tobe Hooper, Robert Englund

Además, volvería a contar con un Robert Englund en la cúspide de su carrera, más por cuestiones de fama (aunque la saga de Freddy estaba en su punto final). Recordemos que el actor y el director ya habían coincidido en Trampa mortal, Terror sin fin y el piloto de Las pesadillas de Freddy. También tenemos como prota a Ted Levine, el Buffalo Bill de El silencio de los corderos.
Aquí Englund encarna al dueño de un taller de lavandería industrial, donde comienzan a sucederse las muertes en una de las máquinas. Esto hará que meta el hocico un policía que comenzará a creer que la máquina está poseída.


The mangler, 1995, Stephen King Tobe Hooper, Robert Englund

Sí, la cosa es tan absurda como suena: una máquina poseída por un demonio que se papea al personal. Pero la cosa no se queda sólo en esa máquina. También tenemos una escena con una vieja nevera que alberga seres maléficos. Sin duda hay que tener mucha fe para creer que un argumento así pueda funcionar. Y es que al final te lo tienes que tomar a risa, porque ver a la máquina soendo exorcizada y persiguiendo al poli y a la chica de turno por una especie de catacumbas, es un choteo. Todo ello con un prehistórico efecto digital que, por mucho que intentan disimularlo, es nauseabundo. El diseño de la máquina puede tener su gracia por tener aspecto de máquina de escribir gigante de aquellas antiguas, pero no acaba de funcionar porque se le nota mucho su condición de cacharro falso. Tan falso como el maquillaje que lucen alguno de los actores, tan exagerados que parecen sacados de Dick Tracy.


The mangler, 1995, Stephen King Tobe Hooper, Robert Englund

The mangler
fue un batacazo en su estreno, lo que hizo que nunca se estrenara por estos lares. Pese a que por ahí te cuenten que sí, y que se llamó Alianza macabra. Naranjas de la China comunista. Ese es el título traducido que recibió en algún país sudamericano, pero aquí nunca ha tenido distribución y menos doblaje. El hecho de que esta primera entrega no nos llegase, marcó al resto de películas y tampoco las catamos.

The mangler 2, Stephen King




The mangler 2 (2002). ¿Cómo alguien podía pensar que 7 años después aparecería una secuela de The mangler? Todo huele al clásico caso que tienen los derechos de algún título y aprovechan para metérselo a cualquier película que tienen por ahí. Y es que aquí nada tiene que ver con la de Hooper, esto está mucho más cerca de Curso 1999. Tenemos a un grupo de estudiantes que son unos cabroncetes que se dedican a meter mierdas en la web del instituto y acaban liándola cuando ejecutan un virus en la red que controla el centro, haciendo que la inteligencia artificial se descontrole y se dedique a matar a los que por allí andan.
Si la anterior estaba rodada en Sudáfrica, está se la llevan a Canadá, lo que le da una pátina muy de telefilm. Tampoco se ve que tengan demasiado presupuesto, para lo que se buscan el recurso que todos los estudiantes del centro están de excursión salvo los protas, así se ahorran el trago de sacar a mucha gente. La única cara conocida es la de Lance Henriksen, que hace del director del instituto y que acaba siendo poseído por el virus con una caracterización penosa. Seguramente estaría 5 días en el rodaje y cobraría el cheque. Por lo demás, un par de chavalas en bañador corriendo de un lado a otro con música maquinera 90tera (acuérdate de Blade) de fondo y con muertes fuera de cámara para que no veamos ni una gota de sangre.
Semejante mierda corrió a cargo de un tal Michael Hamilton-Wright, que si bien esta es su única incursión en la dirección, ha estado en la producción de un buen puñado de subproductos de los que no se salva ni uno.


The mangler 2, Stephen King

The mangler reborn (2005). Parece mentira que semejante descalabro con la segunda alguien pudiera pensar en hacer una tercera entrega, pero la estupidez humana no conoce fronteras. Aquí al menos se molestaron en buscar una conexión con la original. Un tipo compra la máquina original (aunque sólo vemos un amasijo de hierros y madera) y la tiene en el trastero con intención de restaurarla, pero acaba cortándose y la sangre despierta al espíritu maligno que poseerá al tipo y se dedicará a secuestrar a chicas.
Estamos ante un punto bajísimo. Una película de ínfimo presupuesto (menos de un cuarto de millón de dólares) y rodada en vídeo con estética amateur. Por ahí tenemos a Reggie Banister, que apenas sale 20 minutos. Dirigida a dos manos entre Matt Cunningham y Erik Gardner, que decían tener fuertes influencias de Alta tensión de Aja pero que naufragan en una cosa tan ramplona que hace que el original de Hooper parezca una obra maestra. Por fortuna para nosotros la saga se quedó ahí (básicamente más bajo no se podía caer), aunque quien sabe si algún productor decidirá algún día volver a adaptar el relato de King o si veremos alguna referencia en la próxima Castle Rock de J.J. Abrams.

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