jueves, diciembre 12, 2013

Movida en la universidad

Movida en la universidad, Scott Baio, Williee Aames

Peli mitiquísima de mi infancia. Alquilada varias veces, aunque la carátula de vídeo no fuese tan genial como el cartel cinematográfico (donde se le daba más importancia a Willie Aames por salir en Con ocho basta, que era bastante popular por estas tierras). Aunque eso sí, de haber visto el francés hubiera huido de ella, aunque en su versión para vídeo seduce mucho más. La noche y el día, vamos.

Y eso que nunca he sido amigo de las comedias adolescentes, ni me gusta Desmadre a la americana ni me hace gracia Porky's, con lo que me gustase Movida en la universidad era difícil, pero contaba con un as bajo la manga: tenía elementos fantásticos.

Aquí la cosa va del clásico empollón taciturno de instituto que está especializado en botánica y, a la vez, hace experimentos con ratas. Por unas casualidades de mezclas indeseadas la fórmula con la que experimenta acaba dándole poderes telequinésicos. A partir de ahí, y con la influencia de su amigo del alma, se dedica hacer tropelías con sus poderes.

Movida en la universidad, Scott Baio, Williee Aames

En principio titulada The wiz kid, pero luego cambiada a Zapped! por ser más fácil de vender al mercado americano, ya que tenían pensado toda la campaña de publicidad que jugaría con la palabra, y luego no tuvieran un céntimo para promocionarla, y aquí directamente Movida en la universidad, pese a que los protagonistas están en último año de instituto y la universidad ni la pisan, como mucho van a un local de una hermandad a aprovecharse de los poderes en una ruleta. Cosas de IVS, la distribuidora

La peli es una revisión de las películas de Kurt Russell para Disney, donde siempre acababa adquiriendo algún poder por accidente y acababa en algún concurso para ayudar a su escuela a pagar las deudas. Pero eso sí, tal y como mandan los cánones de la época, todo trufado por cierto erotismo de varias chicas enseñando las tetas. Pero, pese a este detalle, todo es bastante blanco (el protagonista usa sus poderes para ganar un partido de baseball y cuando es para ganar dinero es por la influencia de su amigo). Si la comparamos con, por ejemplo, Porky's, es mucho más luminosa (casi siempre es de día), aunque no se puede negar que se le nota algo pasada visualmente pese a que se rodó en escenarios reales, concretamente en John Marshall High School, la misma donde se rodó Grease, pero su escaso presupuesto de 2 millones de dólares no daban para mucho más.

Movida en la universidad, Scott Baio, Williee Aames

Protagonizada por un jovencito Scott Baio, que había empezado muy fuerte con Bugsy Malone de Alan Parker, la serie Días felices y su spin-off, Zorras de Adrian Lyne y La fiebre del patín, para luego centrarse en las series Charles in charge, Mira quien habla y Diagnóstico asesinato. También corrían por ahí Scatman Crothers (que está que se sale como el entrenador del instituto obsesionado por las salchichas y el salami); Heather Graham (que se negó a salir desnuda, con lo que la imagen que sale en paños menores es un mal montaje por lo que acabó denunciando a la productora), que acabó protagonizando una serie con Lee Majors; Robert Mandan, que venía de la serie Enredo; y una pequeña aparición de un clásico de las pelis de estudiantes en la época, Eddie Deezen.


Aunque los actores que han tenido carreras más "llamativas" fueron Willie Aames y Greg Bradford. El primero se hizo popular por ser uno de los hijos de Con ocho basta,  y luego fue la voz de Hank en la serie de Dragones y mazmorras e, incluso, llegamos a tenerlo rodando en nuestra tierra con Goma 2 de Jose Antonio de la Loma junto a Anita Obregón, para luego co-protagonizar junto a Baio Charles in charge. Después de superar adicciones de drogas, depresiones e intentos de suicidio tuvo una aparición mariana al estilo Kirk Cameron y se metió en historias religiosas, sacando dvd's infantiles y haciendo charlas sobre esta temática.
Por su parte Greg Bradford empezó como un bailarín de fondo en Grease. Su flequillo rubio y su cuerpo moldeado en el gimnasio le abrió las puertas (y algo más) a que algún ejecutivo de Hollywood intentara promocionarle y lo metieron en Skatetown. La fiebre del patín junto a Scott Baio y varios años después en Los centinelas de Albert Pyun, para acabar con sus huesos en el oscuro mundo del porno como compositor y operador de cámara bajo el seudónimo Montel Bradford o Brad Gregford, según la ocasión.

Movida en la universidad, Scott Baio, Williee Aames


Movida en la universidad es un entretenimiento puro y duro, que no destaca por nada, ni por ser demasiado graciosa, ni enseñar mucha carne ni por sus efectos especiales, todos muy rudimentarios con cables y cromas (¿a qué viene la escena de la nave espacial -mezcla de Halcón Milenario y Enterprise- que atraviesa la pecera más allá de llenar metraje?). Pero destila mucha personalidad, con personajes cachondos y simpáticos (¡Viva Scatman Crothers!), una banda sonora tan ochentera como buena, con un final que es la versión cachonda de Carrie (Carrie, 1976). Incluso agradecemos ver los típicos tópicos de pelis de estudiantes con el empollón, la empollona que se quita las gafas y es un pibón, la rubia pija que sale con el universitario que va con un descapotable, profesores que se lían entre ellos, entrenador borrachuzo... ¡están todos!

La mayoría (por no decir todos) los implicados han renegado del film, aunque, con los años, la cosa ha cambiado ya que el film ha ido adquiriendo cierto culto en los USA (ahí están las referencias en Padre de familia o Superfumados). Sin ir más lejos Scott Baio aceptó asistir a un a proyección que montó el mismísimo Eli Roth.

Movida en la universidad, Scott Baio, Williee Aames

 

Movida en la universidad, Scott Baio, Williee AamesEl paso de Movida en la universidad por las taquillas fue muy de puntillas, recaudó algo más de 15 millones, que sumados a lo que debió sacar en los videoclubs fueron suficientes para que algún lumbrera (básicamente el productor y director de la primera parte, Jeff Apple y Robert J. Rosenthal respectivamente) tuviera a bien parir una tardía secuela ya en los 90. Eso sí, directamente para televisión. Destape en la universidad (Zapped again!, 1990). Aquí ya no tenemos a nadie involucrado de la anterior y el único nexo de unión es que la acción acontece en el mismo instituto (algo muy cogido por los pelos como en Teen Wolf 2). Allí llega un chaval conflictivo que acaba por meterse en el grupo de ciencias y en su local descubre unos zumos que pertenecieron al personaje de Baio, y se supone que es el líquido que da poderes telequinésicos. Actores horrendos (ni por las mini apariciones de Linda Blair y Karen Black se salvan), un protagonista que es tan antipático que esperas que los malos le den una buena tunda, efectos peores que los visto una década atrás, con una trama que se basa por el forro la mitología de la original en una basura hecha cuando el género de adolescentes salidos ya no estaba de moda. Solamente Record Vision podía distribuir este bodrio.

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